Trastornos de la conducta alimentaria (TCA). Tipos.

Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) son algo más que eso. Son un problema social. Se extienden de manera sigilosa sin discriminar edad, sexo, condición o nivel cultural.

Si preguntas en la calle por las siglas TCA, la mayoría no sabrá que significa. Y si revelas su significado, algunos dirán «ah sí, anorexia y bulimia», porque son los de mayor repercusión mediática y por lo tanto los más conocidos. Pero existen otros, algunos considerados ya dentro de los TCA (como ortorexia o vigorexia) y otros muchos (la mayoría acuñados por términos con el sufijo -exia) que aunque no cuentan con el consenso de la comunidad científica, ni denominación médica oficial, no dejan de identificar comportamientos anómalos e insanos.

Muchas cosas que a continuación se detallan no os resultarán desconocidas, algo incluso os habrá ocurrido alguna vez. Personalmente, al escribir este post me he preguntado si siempre tuve una relación sana con la comida, y me he dado cuenta que no. Tampoco creo que haya sufrido ningún TCA, pero sencillamente nadie me «educó nutricionalmente» y me dijo que tenía que hacer para poder comer de todo, estar en normopeso y sana. Por lo tanto, haces las cosas mal involuntariamente y por desconocimiento.

La gente se obsesiona por perder una gran cantidad de kilos en el menor tiempo posible, por lo que nosotros los profesionales tenemos la responsabilidad de educar, educar y educar. Lo cierto es que el día a día es difícil, y depende de la voluntad de la otra persona, en muchos casos estará la batalla perdida (mucha gente viene a consulta y piensa que como no les vas a ofrecer un milagro no tienes ni idea), pero no tiremos la toalla. Escuchemos, ayudemos y acompañemos. Mucha gente sólo necesita ese apoyo que le falta para tener fuerzas, seguir adelante y sentirse bien.

El tratamiento de todos los TCA es largo y difícil, necesitando un equipo multidisciplinar para hacerlo, por lo que en todos los casos lo mejor es la información adecuada y la prevención. Aunque en muchos casos, esto no bastará, no dejemos de intentarlo.

Demos un repaso ahora a algunos de ellos.

Anorexia: obsesión por estar delgadas. Tienen una percepción distorsionada de su propia imagen y pierden mucho peso debido a un ayuno autoimpuesto.

Manorexia: anorexia nerviosa en hombres. No presenta diferencias marcadas con la anorexia, ellos también comienzan a perder peso porque se ven gordos, pero mientras que las mujeres tienen a un ayuno más estricto, pudiendo pasar un día entero sin ingerir nada, ellos tienden a exigirse más en el gimnasio. Son mucho más reacios a pedir ayuda ya que lo ven como un signo de debilidad, y esto hace que la situación pueda tornarse más compleja y difícil de combatir debido a comportamientos culturales y de género.

Permanexia: este concepto identifica la constante obsesión de mantenerse siempre a dieta, sobre todo por las que aparecen en revistas y se dice que sigue algún famoso para estar así de estupendo (la mayoría absolutas salvajadas nutricionales). Llegan a pensar que todo lo que comen engorda, obsesionándose por las calorías que tiene cada alimento. Sufren continuas fluctuaciones de peso, con los efectos perjudiciales que ello conlleva, por lo que no adquieren nunca unos hábitos alimenticios que les ayuden a mejorar la salud y prevenir enfermedades. Y sobre todo los que ellos más desena, perder peso.

Pregorexia: según la literatura es un término acuñado en EEUU para describir un trastorno psiquiátrico en el cual, la mujer embaraza no come lo suficiente, incluso llega a hacer dieta y a seguir una rutina de ejercicios excesiva, severa y extenuante para no subir peso. Las mujeres que la padecen suelen ser anoréxicas desde hace tiempo, aunque también pueden desarrollar por primera vez esta enfermedad debido al incremente de peso que supone el embarazo.

Vigorexia: es la obsesión por poseer un cuerpo musculoso, perfecto o escultural. También lo podéis encontrar como complejo de Adonis o anorexia inversa, anorexia porque comparte alguna característica con ella, e inversa porque otras características son totalmente opuestas. Es un trastorno dismórfico corporal y se relaciona con un comportamiento obsesivo-compulsivo, por lo que lo consideran un trastorno mental no estrictamente alimentario. La persona se preocupa por ser demasiado pequeña o débil, por lo que necesita un tratamiento opuesto a una persona que sufre anorexia nerviosa. Además de la práctica desmesurada de ejercicio puede dar lugar a un proceso de dependencia de la práctica de ejercicio físico.

Ortorexia: «La excelencia alimentaria pasada de rosca» por Juan Revenga, os recomiendo leer su artículo aunque en resumen es una preocupación excesiva e irracional por comer sólo alimentos considerados sanos y puros.

Ebriorexia o drunkorexia: es un grave TCA cada vez más extendido entre los jóvenes. Se da sobre todo en chicas, obsesionadas por la delgadez y presionadas por la aceptación social del consumo de alcohol. Comen poco o incluso ayunan para compensar las calorías ingeridas por la bebidas.

Megarexia: es el TCA opuesto a la anorexia. Son personas obesas que se consideran sanas y delgadas debido a los trastornos de la percepción que caracterizan los TCA, y por lo tanto, no hacen nada por adelgazar. Comen de todo en cantidades abismales, y no comida sana, sino todo lo contrario: fritos, comida rápida, bollería, alimentos con elevado contenido en grasas, etc. Debido a que su dieta carece de nutrientes esenciales además del sobrepeso presentan malnutrición.

Sadorexia: se considera una evolución o segunda generación de los TCA tradicionales. Conjuga anorexia, bulimia y ortorexia, pero la sintomatología tradicional de estos no se presenta y da paso a la utilización de técnicas de adelgazamiento no convencionales como el masoquismo severo para lograr la extrema delgadez.

Bulimia: se caracteriza por tres aspectos:

  • Episodios de ingesta excesiva de alimentos.
  • Preocupación excesiva por el peso.
  • Y conductas compensatorias (bien los vómitos, uso de diuréticos y laxantes, dietas restrictivas o realización excesiva de ejercicio).

Diabulimia: es un TCA que sufren los diabéticos, sobre todo mujeres. Reducen las dosis de insulina que necesitan de manera intencionada con el fin de perder peso. Al no tener insulina suficiente, el organismo no es capaz de aprovechar los azúcares, por lo que el aporte energético es menor y se pierde peso. Esto es muy peligroso ya que puede llegar a producir neuropatías.

Trastorno por atracón: se caracteriza por periodos de voracidad con atracones, pero a diferencia de la bulimia, no se realizan conductas compensatorias. Cuando se realizan dietas restrictivas durante mucho tiempo por una preocupación excesiva por el peso, y se suprimen alimentos apetecibles por el miedo a engordar, puede generarse un estado de ansiedad que desencadene estos atracones. Se equipara esta restricción de alimentos con la abstinencia de sustancias adictivas, como el alcohol y el tabaco. Esta preocupación excesiva provoca una distorsión de la percepción del hambre y la saciedad, lo cual lleva a comer de manera más compulsiva. Se trata de calmar un estado de ansiedad o euforia mal canalizado buscando en la comida el placer esperado o deseado.

Síndrome del comedor nocturno: es uno de los TCA que todavía no cuenta con el consenso de la comunidad científica. Las características comunes son que apenas comen durante la primera mitad del día y tienen un apetito muy fuerte durante la segunda parte de la jornada. Se distingue claramente de la bulimia nerviosa por varios aspectos:

  • El momento concreto de la ingesta, sólo por la noche.
  • La ausencia de conductas compensatorias,
  • La ingesta de alimentos no consiste en una atracón, sino en varios tentempiés en repetidas ocasiones a lo largo de la noche.

A estos síntomas se suman otros como el insomnio, frecuentes despertares nocturnos y la necesidad irrefrenable de comer.

Síndrome del comedor selectivo: el denominador común es el comportamiento anormal ante la alimentación, tanto en tipo como en cantidad. Se dice que un individuo padece este síndrome si se alimenta exclusivamente de al menos diez alimentos durante dos años como mínimo. Hay que descartar que esta conducta no sea el detonante de otros trastornos específicos como la anorexia, bulimia, ortorexia, etc., por lo que de nuevo será necesario un tratamiento multidisciplinar en el que el papel del dietista será esencial para evitar o tratar deficiencias nutritivas intentando reconducir su alimentación para tratar de alcanzar el equilibrio nutricional que precisa.

Hiperfagia en otras alteraciones psicológicas: ingesta excesiva como reacción a acontecimientos estresantes (duelos, accidentes, acontecimientos emocionalmente estresantes, intervenciones quirúrgicas, etc.) que pueden dar lugar a una «obesidad reactiva».

Da igual el nombre que tengan, en todos los casos se necesita ayuda y ahí es donde podremos aportar nuestro granito de arena con un trabajo bien hecho.

 

Autora:

Eva Castro Díaz
Dietista-Nutricionista
Licenciada en Farmacia

6 comentarios

  1. He leido vuestro post con mucha atecion y me ha parecido interesente ademas de facil de leer. No dejeis de cuidar este blog es bueno.
    Saludos

  2. […] Si queréis saber un poquito sobre ellos os invitamos a visitar este blog. […]

  3. Muy completo el artículo. Gracias Eva Castro y gracias por publicarlo a SaluDiet

  4. QUE GUAY TODO.. ESTOY ESCRIBIENDO UNA REDACCIÓN SOBRE ESO Y ME PARECE FANTÁSTICO… SOLO QUE CON MUCHAS PALABRAS QUE LAS NIÑAS Y NIÑOS COMO YO , NO ENTENDERAN .

    1. Hola Alison, si tienes dudas puedes enviarnos un mail y te ayudamos. Un saludo.

  5. […] Es referido a los Trastornos de Conducta Alimentaria, TCA.  Más información acerca del asunto y los nuevos términos se pueden ver en: https://saludiet.wordpress.com/2012/08/31/trastornos-de-la-conducta-alimentaria-tca-tipos/ […]

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